Conociendo perfectamente el tipo de piel, se puede cuidar correctamente. Existen varios tipos de piel que los dermatólogos han dividido en los siguientes grupos:
- Piel grasa: Es la que después de haberla limpiado ya muestra un aspecto brillante y dispareja, tiene los poros abiertos y grandes, es la menos propensa arrugarse pero la mas en contraer el acné. Necesita purificación para mantener una apariencia saludable.
- Piel seca: Aspecto fino, de poros pequeños y frágiles, tras lavarse o limpiarse se queda tensa, se siente tirante, tiende a formar escamas y tiende a arrugarse con mayor facilidad.
- Piel mixta: Como su nombre lo indica es la unión entre la seca y grasa; la zona grasa es en forma de T: frente, nariz y mentón. Y la zona seca son las mejillas y la línea de la mandíbula. Es necesario balancear la zona grasa e hidratar la seca.
- Piel sensible: Tiene las mismas características de la piel seca, pero reacciona a estímulos tanto externos como internos, con picores, ardor, manchas rojas o pequeñas espinillas, y tiende a las alergias.