Comerse la uñas, contrario a lo que muchas personas piensas no es solo cuestión de nerviosismo, este es un mal hábito puede tener fundamentos psicológicos o problemas que vienen desde la niñez.
Este problema no es solo cuestión de estética, también puede afectar la salud, debido a que debajo de las uñas se esconden muchos gérmenes a los que se exponen las personas. Este hábito afecta tanto a la población femenina como a la masculina.
Existen muchas manera de cómo evitar comerse las uñas, sin embargo es un habito que se va dejando poco a poco. El truco principal es tener conciencia, entonces, identificar las situaciones que activan este hábito de comerte las uñas; luego identificar dichos momentos, como antes o durante exámenes, etc. Y por último, elegir actividades que logran manejar momentos de estrés y mantienen las manos ocupadas y canalizan la ansiedad.
Otros trucos un poco más comunes son:
- Utilizar remedios caseros como ajo con aceite de oliva, frotados en las noches para que las uñas sepan mal
- Pintar las uñas con esmaltes ya elaborados industrialmente los cuales se pueden encontrar en supermercados o farmacias
- En el caso de ser mujer, se puede utilizar uñas postizas, las cuales no permitirán tener un contacto directo con las uñas naturales.