Aplicar rubor es sumamente sencillo, una de las funciones del rubor son: dar realce al rostro, darle luz y vida, y darle relieve. Se aplica después de la base de maquillaje aunque puede utilizarse directamente sobre la piel limpia. Es importante que esté perfectamente esfumado para que no se noten los contornos y no queden marcas divisorias. Para aplicar bien el rubor necesitas una brocha de tamaño medio a pequeño y ojalá que tenga el mango largo para poder dirigir con precisión las pinceladas.
El color del rubor debe combinar con resto del maquillaje, sobre todo con los labios, por lo tanto, el lápiz de labios y el rubor deberán ser del mismo color o casi parecidos.
Los tonos claros y opacos son ideales para el maquillaje de día. A la noche, puedes animarte con colores más oscuros. El color beige es ideal para un natural look que se usa de día como de noche.
La tonalidad rosa es excelente para el maquillaje de noche ya que le da al rostro una luminosidad natural y recuerda si, usas mucho marrón, puede llegar a endurecer tus facciones.
Rostro alargado: se debe empezar a la altura de las aletas de la nariz y ascender hacia las sienes, difuminando horizontalmente hacia la línea del cabello. Así le dará al rostro la homogeneidad y el equilibrio que necesita.
Rostro cuadrado o rectangular: Se debe aplicar el rubor bajo el hueso del pómulo en una media luna hasta el extremo superior de la mejilla.
Rostro redondo: El truco para este rostro es aplicar el rubor en forma de triángulo con la base apuntando hacia hasta las sienes, difuminando muy bien. Para ello, aplicar el rubor en líneas diagonales, cerca del ángulo exterior del ojo y prolongarlo hacia las mandíbulas, para que el rostro se vea un poco más fino y delgado.
Rostro triangular: Se debe usar rubor en el área más sobresaliente sobre las mejillas, Para corregirlo, aplica el rubor en las mejillas en forma de triángulo invertido, con el fin de disimular la forma geométrica del rostro.
El rubor debe combinar con el tono natural de la piel, al igual que la base de maquillaje. No debemos usar colores que se diferencien demasiado de nuestro color natural, ya que esto sólo nos llevaría a obtener una apariencia poco natural. Esto nos permitirá elegir el más adecuado a nuestro tono natural, según sus parecidos.
- Blanca (Rosada): Anaranjado muy suave.
- Blanca (Amarilla): Rosado.
- Morena: Rosado, marrones satinados y rojo.
- Negra: Marrones satinados brillantes, rojizos (no muy encendidos).
Respecto de la aplicación del rubor, debemos hacerlo siempre con la brocha correcta: debe ser suave, suelta y de la dimensión apropiada, para lograr un difuminado de los contornos del rubor, evitando que queden círculos definidos o líneas demasiado rígidas. Esta brocha debe estar limpia y seca, y en lo posible la conservaremos cubierta con papel tissue para evitar que acumule polvo u otras suciedades.
También podemos utilizar los rubores en crema, que aportan brillo y calidez a los rostros. Los aplicamos con esponja, haciendo movimientos circulares, asegurándonos de difuminar bien los contornos. Siempre se debe usar poca cantidad, es mejor aplicar segundas capas para acentuar el color, que lucir un rubor poco natural y demasiado marca.