Es aquel que tiene en su composición pigmentos azulados, como los fucsias plateados, grises, azules, morados y rosados. Vas a saber si eres de apariencia fría si tu piel es: clara, blanca, aspecto tipo porcelana, transparente con venas notorias azules o verdes, rosa, beige claro, olivácea o moreno muy oscuro. Los variantes fundamentales entre una piel cálida y una fría, van a ser los tonos a usar.
- Tip de color: la reacción de la piel con el sol: si se pone roja o no se bronceas ni un poco.
- Rímel: Usar un tono negro carbón o extra intenso dependiendo el horario y ocasión del día.
- Rubor: Usar colores rosa.
- Corrector: Usar un color café claro para sombrear los contornos y afilar nariz. Los tonos complementarios contrarrestan las imperfecciones. Para saber qué tono tenemos que aplicar no hay más que observar qué imperfecciones queremos "borrar" del rostro; verde para matizar rojeces como venitas, irritaciones, quemaduras. Morado para disimular las marcas de la piel ojeras verdosas, tono apagado. Melocotón para dar luz a pieles con subtono rosado y también para disimular pecas o manchas ligeras.
- Corrector de ojos: Usar un tono más claro que el de la piel para iluminar las bolsitas de tus ojos si las tienes muy marcadas, o un corrector del mismo tono de tu piel para solo taparlas.
- Sombras y labiales: Usa colores brillantes, intensos o fríos; en cuanto a los labiales se debe usar rojo sangre, rosa hielo, fucsia, nude, gloss, colores fluor, etc...