La actividad física ideal es la que ejercita el corazón, mantiene el cuerpo flexible, controla el aumento de peso y prepara la musculatura sin que esto represente un esfuerzo exagerado, ni para ti ni para el bebé.
Caminar: Es una de las mejores actividades cardiovasculares para las mujeres embarazadas, y te mantiene en forma sin castigar las rodillas y tobillos.
Nadar: Es ideal porque trabaja los músculos de las piernas y brazos, ofrece beneficios cardiovasculares, y permite que la embarazada se sienta ligera en el agua a pesar de su aumento de peso.
Bailar: Puedes hacer ejercicio beneficioso para el corazón bailando al ritmo de tu música favorita.
Yoga: Ayudan a fortalecer los músculos y mantenerte flexible, con la ventaja de que no ejercen nada o casi nada de impacto sobre las articulaciones
Estiramiento: Para mantener la elasticidad, relajar los músculos y prevenir lesiones. La mejor forma de acabar tu actividad cardiovascular es realizando algunos ejercicios de estiramiento.
Ejercicios con pesas: Si antes de quedar encinta ya hacías ejercicios con pesas no hay razón para dejar de hacerlo, aunque a la mayoría de las mujeres se les aconseja que levanten menos peso. La técnica, haciendo movimientos lentos y controlados, los ejercicios con pesas serán una manera excelente de tonificar y fortalecer los músculos.
Los ejercicios de Kegel: Estos ejercicios consisten en la contracción y relajación del músculo pubocoxígeo, el más importante de los que conforman el suelo pélvico. Para contraerlo, la mujer debe imaginar que está orinando, presionar el esfínter uretral, como si quisiera interrumpir la micción. Al hacerlo, tiene que procurar no contraer ningún otro músculo (glúteos, aductores, abdominales, etc.) ni aguantar la respiración.
De esta forma, se fortalecen los aductores, es decir, los músculos internos de los muslos, que ejercen un importante papel durante el parto.