A medida que la panza crece, los músculos se distienden y pierden tono. Pero si se realizan ejercicios que los fortalezcan, resultará más fácil recuperar el tono muscular después de dar a luz.
Los músculos abdominales, además, cumplen una misión fundamental en los pujos del periodo expulsivo del parto, y también, en la expulsión de las heces. Muchas mujeres sufren estreñimiento en el embarazo. Este mejora mucho cuando practican el pujo que se explica aquí.
No hay que confundir los abdominales clásicos (subir y bajar el tronco o las piernas), en los que trabajamos los músculos rectos abdominales, con los que proponemos para fortalecer los músculos transversos, que ejercitamos metiendo la tripa y espirando. Estos son los verdaderamente importantes en el embarazo y el parto.
Realizar fuertes presiones en la zona abdominal es perjudicial para el bebé.
Además, hacer ejercicios abdominales –con presión y tensión- puede provocar contracciones. Es por esta razón que no se aconseja realizar Pilates en el embarazo, ya que ésta disciplina focaliza todo el trabajo en la zona central del abdomen.
Si bien hay que descartar los típicos abdominales, se puede trabajar con incorporaciones del tronco para localizar la fuerza del pujo. Pero la tensión se regula con la elevación de los hombros y no se hacen incorporaciones completas; no se realizan trabajos isométricos.
Para tener plena seguridad de que se está trabajando bien el cuerpo, sin afectar ninguna zona sensible durante la gestación, es fundamental realizar actividades específicas para embarazadas, siempre guiadas por un profesional idóneo, que pueda hacer un seguimiento individualizado del ejercicio y marque las pautas a seguir.
Estar activa, te ayudará a mantenerte en forma, a mejorar la autoestima y el humor, a descansar mejor y a tener un buen trabajo de parto entre otros múltiples beneficios.